San Pedro Manrique

San Pedro Manrique

San Pedro Manrique

Importante villa durante la Mesta, la ciudad cuenta con un número importante de casas blasonadas con la típica arquitectura de la Sierra, de lajas de piedra.

Su emblemática iglesia, cuyo origen se remonta al siglo XI, y sus últimas remodelaciones en el siglo XVIII, nos muestra un espacio generoso, amplio, bello y con innumerables obras de arte de varios periodos artísticos. Es un templo para estar un buen rato y parar para deleitarse, contemplar y admirar sin prisas. 

A destacar sus restos románicos en las bóvedas, portada, pila bautismal, troneras y demás. El gótico está representado por un espléndido Calvario, el «Cristo del Perdón», con esa simplicidad austera y recia que quita la respiración por su belleza sobria. 

Del renacimiento y barroco dan fe sus variados retablos, esculturas, tablas y óleos, columnas y estípites que salpican naves y capillas aquí y allá. 

Otros elementos arquitectónicos religiosos están representados en la Villa por la célebre «Virgen de la Peña», lugar del paso del fuego, y faro de la ciudad. Desde allí se contempla una bella vista de la ciudad, y en sí misma guarda obras artísticas de indudable valor, como la propia talla de la Virgen patrona de ese templo, y varios retablos remarcables. La ermita de el Humilladero, de gran resonancia cuando la celebración de las Móndidas, las ruinas de san Miguel con su arco prominente y las de san Juan, sin desdeñar a lo lejos el soberbio y derruido cenobio templario de san Pedro llamado el Viejo. 

Las plazas y plazuelas, las calles empedradas, la plaza del Ayuntamiento, el «Coso» medieval, el antiguo rollo, las lápidas de legendario pasado, el Castillo de los Manrique o lo que queda de él… Todo ello configura una villa simpática, legendaria, y muy cómoda para pasear, deambular y disfrutar de su bello entorno. 

San Pedro Manrique es piedra viva. Y su transformación y reforma, su empuje y apuesta de futuro siguen en marcha.

Su instituto acoge a los chavales de los pueblos vecinos. Su industria cárnica en alza es fruto de su base ganadera y de la tradición chacinera y el carácter emprendedor de sus gentes.

El sector turístico ha crecido, potenciándose el valor paleontológico de los yacimientos de icnitas de la zona.

El turismo rural ha sabido aprovechar la arquitectura tradicional de las viejas casonas y  los pueblos abandonados para remodelar, restaurar y ambientar las instalaciones con ese toque nostálgico de los tiempos de antaño.

En el propio San Pedro Manrique se cuenta con Residencia de ancianos, biblioteca, polideportivo municipal, servicios de supermercado o talleres mecánicos que hacen del sector terciario, el de servicios, una apuesta de presente que es el futuro.