Tierras Altas

Escrito por admin el mayo 14, 2008 – 10:32 am -

Es la llamada comarca de la Sierra, donde si bien no abundan los monumentos, vamos a encontrar un paisaje sereno, tierra de celtíberos, y una orografía propia y con mucha personalidad.

Los pueblos de la Sierra son construcciones de piedra, prístinos, de una belleza particular, agreste, austera, recia, como el pueblo castellano que allí habita.

Tierra septentrional, lugar de pastoreo y recogida de gente trashumante de las sierras adyacentes de Urbión, Cebollera y Cameros. Tierra ideal para el visitante que desee conocer el interior de sus gentes y el exterior de sus paisajes.

Tierra traspasada por cañadas reales del pastoreo que echaba a andar hacia Extremadura, la Cañada Real Soriana Occidental; de las carreterías, con los pasos de los carreteros con sus bueyes y mulas; de tráfico ferroviario y de peonadas en busca de los molinos aceituneros andaluces.

Las características de esta tierra han forjado una idiosincrasia propia, un soriano propio, con empeño y trabajo arduo, templado en la lucha y en el diario vivir.

Tierra de iglesias románicas y de palacios y casas nobles.

Dólmenes y castros ibéricos dan fe de su protohistoria, que enmarcan una tierra con una leyenda propia. Aljibes, canales y estelas dan testimonio del pasado romano. Del paso de visigodos y árabes pocos restos han quedado por esta zona.

El siglo XII fue la época dorada de Tierras Altas, cuando se constituye la Comunidad de Villa y Tierra, dándole el título de fuero a Yanguas entre otras poblaciones. Es la época en que se repuebla toda la zona.  El siglo XVI también fue otro periodo de bonanza económica y social de Tierras Altas, pero duraría poco, pues los dos siglos siguientes verían una época de decadencia y sequía.


Publicado por General | 2 Comentarios »


2 Respuestas en “Tierras Altas”

  1. Por Celtíbera - Sep 9, 2009 | Responder

    Sin palabras para definir estas tierras, estas fotos son impresionantes y reflejan muy bien lo que en ellas podemos encontrar; cada estación los pinta de un color; verdes paisajes en la primavera, marrones en el verano, tonalidades ocres durante el otoño y la mayoría del invierno teñidos de blanco por las abundantes nieves que nos acompañan durante esa estación. Es aconsejable disfrutar de estos lugares si se puede durante varias veces en la vida y si se puede en diferentes épocas del año parap oder observar los cambios que se producen con los fenómenos atmosféricos.

  2. Por ideas - May 19, 2010 | Responder

    Se agradecería visitas guiadas por los pueblos abandonados de la zona…

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